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Channel: El capricho de Marquez@
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El mensaje de Zara Trafaluc ¿Tienes que tener verano?

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He tenido que repasar unas cuantas veces la nueva campaña de  Zara para su sección Trafaluc para poder fijarme en la ropa.



En una estancia medio vacía. Un parquet estropeado, ventanas viejas, sillas apiladas y lo que parece una estructura de tubos para la calefacción, rodean un grupo de chicas muy jóvenes, casi niñas.


El lema: “Tienes que tener verano”, parece chocar en ese ambiente cerrado y con aspecto abandonado.

Y, no casa en absoluto con las jóvenes que posan.


Casi sin maquillar- apenas un toque de colorete, muy difuminado- y una insinuación de color en los labios. 

El pelo que parece recién salido de la cama, en un estudiado despeinado…


Y ese aire medio desmayado y ausente que tanto gusta en Zara para sus modelos.


Chicas que miran, sin mirar, con aspecto apagado.
Da lo mismo que sean guapas, no importa que tengan unos cuerpos increíbles.


Con esas sandalias con suela de caucho y tiras que suben por la pierna. 
En tonos caqui y tierra. 
Ante, chubasqueros, vestidos hasta los pies y jerseys.


El mensaje que me llega es de tristeza. 

Parecen sacadas de una aldea africana. En una mezcla extraña entre exploradoras y huérfanas de una misión de salesianos.

 O tal vez del internado de una colonia inglesa, encerradas en la buhardilla, castigadas no se sabe por qué.



Y el caso es que hay cosas que me gustan, pero verano, lo que normalmente asocio con verano, no lo veo por ninguna parte.





Fotos: Web Zara 

Verano

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A pesar de que nunca publico en sábado, cuando vi el video de la nueva campaña de Zara Home y ya que esta semana parece que se la dedicamos a la firma, pensé que vendría bien para contrastar.
Me ha encantado y vaya si tiene sabor a verano.
Para animarnos vendrá bien.

Estoy con la tablet, así que os dejo el enlace aquí

http://www.zarahome.com/es/es/campa%C3%B1a-ss15/film-c1304004.html?utm_source=zarahome&utm_medium=email&utm_campaign=20150106_ES_N&utm_content=imagen



Repasando blogs en domingo

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En esta semana a pesar del frío hay quien se anima a poner ropa de primavera y quien luce con estilo unos abrigos impecables 





Chiara Ferragamo





Cristina Bazán






Esther Belón





Garance Doré


Izortze Setién
http://clochet.com/2015/02/02/long-dress-2/








Pelayo  Zapico







Gala González
http://www.amlul.com/2015/02/look-of-the-day-407.html



Aire retro en torno a una maleta antigua

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No sabría explicar el por qué de su atracción por aquella maleta. A pesar de lo vieja y estropeada que estaba le gustaba tanto o más que una moderna y nuevecita.




Sus aristas desgastadas, su color oscurecido, el cuero que casi no parecía cuero de puro desgastado. Parecían llevarla a otra época.


Le gustaba imaginarse su historia, recrear los instantes por los que había pasado, los sitios que había visitado, los medios de transporte que había conocido.


Pesaba como si fuera de plomo, por eso sabía que su dueño no había tenido que tirar de ella.


Pertenecía a un momento en que se viajaba de otra manera. Un tiempo en que los equipajes los llevaban a casa los mozos de estación, o los familiares o conocidos que tenían medio de transporte.


Un tiempo en que se facturaban los bultos y todo lo más que se llevaba en la mano era un pequeño neceser con lo imprescindible.


Nada que ver con los interminables  pasillos de los aeropuertos y las estaciones que recorremos con nuestro equipaje rodando.


Además, al ser heredada, conocía a su anterior dueño y sabía que se la habían comprado cuando tenía quince años para llevarla al internado.


Aunque después la hubiera seguido usando durante un tiempo para sus viajes de adulto, su tío, no era de los que acarreaban sus propios bultos. Y siempre se las arreglaba para que otro hiciera por él, lo que no le gustaba.


Aquel día la había sacado del desván, la había embetunado a conciencia, había tratado de sacarle brillo y había decidido darle uso.


Iba a enseñársela al fotógrafo, seguro que le encantaría.


Y si las cosas salían como pensaba igual la usaban para la sesión de aquel día.


Por si acaso, se había vestido para la ocasión. Con un cierto aire retro que hiciera juego y en colores alegres que la cosa lo merecía  


Fotos: Julián Herrero

Abrigo: Zara (Rebajas)
Jersey Cachemir: El Corte Inglés.
Pantalón: Massimo Dutti. ( tiene varios años)
Zapatos: Marypaz.
Cuello: Vintage.

Tras el temporal vuelve la rutina

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Parece que el temporal remite. Y, a pesar de que seguimos en invierno y con un frío más que intenso, la normalidad vuelve a instaurarse en la ciudad, con lo que ayer me levanté con el firme propósito de reanudar las entradas de street style.


Tenía la mañana ocupada, así que hasta la tarde no salí con mi cámara al hombro.


Pero no sé si fue que tras dos semanas de inactividad forzada, perdí el ritmo. O que simplemente, estaba cansada, pero el caso es que no hice fotos.


Miento, saqué, de lejos,  la que os enseño aquí arriba porque pensé en lo bien que habían hecho aquellas señoras sacando del armario sus abrigos hasta los pies para estar calentinas.


Y saqué también un par de ellas a Inés con su super casco por detrás.


Y luego por delante, porque me pareció una ricura de niña, con una madre encantadora.



Hoy ya me levanto mucho mejor y descansada, así que me pondré las pilas para retomar la sección y el blog, que es lo que toca. 



Fotos: Marquez@

Chicas de Oviedo y recuerdos de mi calle

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Las chicas de la entrada de hoy no necesitan mucha presentación.

Desde la jovencísima Marta, que posa con una naturalidad deliciosa, a la protagonista de la última foto que tiene un estilo bastante mejor que el que yo supe captar.
Todas ellas hablan por sí solas y no necesitan de mi retórica para convencer a nadie de que la calle en Oviedo, merece la pena.


Por esa razón en lugar de cansaros con presentaciones monótonas  y casi calcadas, hoy decidí hablaros de mi calle y de los recuerdos que de ella atesoro.


Yo creía que era la mejor del mundo.  Salir del portal y encontrarme de frente  la escuela de Ingenieros de Minas, con jardines y una enorme escalera, siempre  me pareció una especie de privilegio.


Y volver de calle Uría empezando por el principio de la calle se convertía en una aventura de olores y establecimientos.

La goma arábiga y el papel en la librería Independencia, impregnaban las esperas mientras María Antonia despachaba a su clientela con su característica amabilidad.


Ya más cerca, el almacén de fruta, dejaba ese olor dulzón de las piezas que se pierden. Sebastián, el repartidor y Adela y Ángeles las dependientas forman parte de mis personajes infantiles y con ellos aprendí a hacer la compra desde bien pequeña.



En la Agencia de Transportes Quiroga, los camiones no paraban de entrar y salir y la entrada enorme y oscura, no me atraía lo más mínimo.

Como tampoco me atraía Vulcano, la tienda de neumáticos que olía a caucho desde varios metros antes.



Pero mi calle tenía un tesoro en forma de juguetería que se llamaba Navarro.
 Su escaparate era parada obligatoria y sus juguetes eran los más modernos del mercado.


Algunas veces, pocas, porque eran tiempos de austeridad, algún familiar nos llevaba hasta allí y nos regalaba una muñeca, un camión, un juego.



Mi hermano Francisco, que siempre tuvo mucha suerte, estaba una mañana con la nariz pegada al cristal. Cuando pasó un señor con una pinta estupenda y un enorme  Bobtail que le preguntó si había algo que le gustara. 

Mi madre no se podía creer que un desconocido -  a partir de aquel momento pasó a ser el millonario de Francisco – le pudiera regalar una bicicleta a un niño, pero la dependienta que era conocida suya le aseguró que allí no había trampa y que el niño había estado muy prudente.

Ni siquiera le pudieron dar nunca las gracias porque se empeñó en guardar el anonimato.



Al lado de casa, la farmacia de Liane, que a mí me parecía que olía a pastillas Valda, y que me encantaba.



Y más allá “ El Cielo” la tienda de Julita, que vendía comestibles a granel y los pesaba en una balanza con platillo dorado…



Ha pasado mucho tiempo.

De todos aquellos establecimientos, sólo perviven la farmacia y Navarro, que a fuerza de buen hacer y prestigio ha atraído otras dos jugueterías – Toys r Us y Juguettos-  
La mayoría de los edificios han cambiado.



 Pero sigue siendo mi calle y me sigue encantando pasar por ella


Fotos: Marquez@


Una falda que invita a bailar

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¿Os habéis encontrado alguna vez con una cosa que os encanta os hace felices y con la que disfrutáis de lo lindo, pero que se os da fatal?


Os lo pregunto, porque algo así es lo que a mí me pasa con el baile.


Es oír los primeros acordes de una música con ritmo y sentir como los pies se me van solos. Y detrás de los pies, la cabeza, la cintura y el resto del cuerpo.


Me descuido y, aunque esté sentada, me encuentro bailando en la silla con  una cara de emoción, de las gordas.


Y el caso es que soy negada.


A pesar de las clases de fitmoo y zumba, del super body super brain, que se supone que refuerza la coordinación, y del interés que le pongo, no hay forma.


No me aprendo los pasos, me pierdo, voy para el lado contrario y si coincido en baile de salón, le piso los pies al compañero.


Pero, con todo ello, me encanta y me lo paso como los indios.


Hasta hace poco, esta afición había quedado más o menos en familia y nadie se había preocupado de mis afanes bailarines.


Y así estaba, tan tranquila, hasta que empezamos las sesiones de fotos en interior.


Lo de no tener nada que distraiga la atención, hace que resulten monótonas. Y como al principio, estaba más tiesa que una estaca, Julián estaba loco.


Un buen día se le ocurrió poner música. Y a los sones de las Bodas de Luis Alonso, empecé a moverme y a bailar delante de la cámara, como si en mi vida hubiera hecho otra cosa.


A él le encantó, vuestros comentarios decían que a vosotros también y a partir de ahí lo de la música y el baile se instituyó como fórmula obligada para las sesiones  caseras.


Con esos antecedentes, nadie se extrañará cuando vea estas fotos.


Porque con una falda de mucho vuelo, no hacerla girar para que luzca en todo su esplendor, es perder parte de su encanto.


Así que pusimos de fondo los valses del concierto de Año Nuevo de hace un par de años. 
Bailé como una loca, di más vueltas que una peonza, y casi caigo del mareo que agarré.



Por supuesto, me lo pasé en grande y las fotos quedaron lucidas que era lo que se trataba.


Lo de combinar azul marino y blanco es para hacerme la ilusión de que la primavera se acerca, que con estos días de frío parece que no va a llegar nunca.

Fotos: Julián Herrero


Jersey: Zara (invierno 2014)
Falda: Zara (Rebajas)
Zapatos: Zara (Otoño 2013)
Bomber: Blanco (Invierno 2013)
Colgante: Tienda local. 

¿Comprar en internet, o en persona?

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Hace tiempo publiqué una entrada hablando de las rebajas y de que nuestros hábitos a la hora de comprar han cambiado.

Inma del blog “Star, viento fresco”, me comentó buena parte de las compras hoy en día se hacían “on line” y que eso también tenía su incidencia.


Y es verdad, la famosa “Aldea global” y el cambio en las formas de producción están afectando a nuestra forma de adquirir moda.


Todos sabemos que, salvo, contadas excepciones, la mayor parte de la moda se produce en Asia y en países del tercer mundo.

En Occidente nos limitamos a encargar, almacenar y distribuir, unos diseños que se repiten hasta la saciedad en distintas calidades y las etiquetas de las marcas dejan ver que incluso las de lujo, suelen llevar un “ made in China” como fuente de origen.


Cuando yo era pequeña nos decían que te engañaban como a un chino, pero a los chinos actuales no resulta tan sencillo engañarlos y son ellos los que han decidido meterse en el mercado occidental.

Cada día es más común que las casas tengan su tienda en internet y cada vez somos más los que encargamos parte de nuestras cosas directamente en la tienda o en portales del tipo de Amazon.


De momento, yo no soy en exceso partidaria, a pesar de que los precios suelen ser sensiblemente más baratos.

Reconozco la comodidad tremenda de poder comprar sin necesidad de moverme, ni de buscar en una y otra tienda.

Pero no me parece lo mismo.


Las veces que encargué cosas, casi siempre en Zara[1], me encontré con que salvo que hubiera visto de antemano la prenda en la tienda y no tuvieran mi talla, pocas veces coincidía lo que veía con lo que me imaginaba.

Y es que una fotografía puede ser muy ilustrativa, pero no basta.

 Los colores varían mucho dependiendo de la luz, las texturas conviene tocarlas para cerciorarse de que son lo que parece y las tallas en cada caso son de una medida.


Así que siempre que puedo, me voy de visita a una tienda.

 Me sigue gustando que me atiendan, que me mimen, que me enseñen lo que tienen y probarme con calma mientras charlo un rato con los dueños que suelen ser encantadores.



No será lo más moderno, pero me sigue pareciendo delicioso.


Las fotos son de hace tiempo, se nos complicó publicarlas, pero era una pena dejarlas en el archivo del ordenador.

 La trinchera y los pantalones son de la Boutique Masús en la calle Menéndez Valdés  de Gijón 


Fotos: Julián Herrero

Gabardina: NB Sport. (En Masús)
Vaquero: Newman Style (En Masús)
Camisa: Uterqüe ( De hace años)
Zapatos: Zara.
Bolso: Tienda local (Cábala)





[i]Parece que tuviera acciones en Zara,  o que me pagaran pero, más quisiera yo.

La semana de las bloggers en el mundo

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En esta semana hemos pasado del frío a temperaturas más templadas y a pesar de que todos empezamos abrigándonos hasta las orejas, a medida que iban pasando los días pudimos dar entrada a ropa con tintes más primaverales.

Así que os enseño una selección de blogs que van de  las que se tapan en condiciones, a una foto de Gary Pepper en la playa, que me encanta, porque me ayuda a soñar. 

La última  imagen es de los zapatos de Garance Doré para San Valentín. Unos Loboutin muy divertidos 



Feliz domingo









Nuria






Alejandra Pereira

Esther Belón
Sophie

Andrea

http://thefashioneaters.com/?p=8970












Colores pálidos para un conjunto casi primaveral

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Rayas, lunares, flores, parkas, chubasqueros, vestidos, deportivas y zapatos blancos...

Los escaparates y las nuevas campañas se acercan a nosotros con la permanente invitación:

¡Mírame, te gustaré!



Y yo, que trato de ser buena chica y sigo las consignas que me parecen lógicas, miro tiendas, miro revistas, miro internet.

Y cada primavera me enamoro de la nueva campaña.


A pesar del frío, del mal tiempo, de la lluvia, en cuanto puedo, abandono la ropa de abrigo y me lanzo feliz a probar lo nuevo que veo.


En estas estaba el viernes pasado, comprobando los estampados tan alegres que tenían en H&M y ya con un vestido en la mano, cuando a mi lado escucho una conversación.


-¿Y no os quedan más tallas?

-No, sólo lo que está fuera. Vino en varios colores, pero no queda más que ese.

-Es que una 34 es demasiado pequeña, y mira que es mono el vestido.


Escuchar  semejante diálogo y darme la vuelta para ver qué elogiaban con tanto entusiasmo, fue todo uno.


Es el consabido efecto llamada. Basta que de una cosa, no queden más que unos pocos ejemplares, para que nos muramos de ganas de no quedar sin ella y nos lancemos a comprarla, aunque ni siquiera la hubiéramos visto antes.


Dejé lo que tenía en la mano y me fui directa a ver de qué se trataba.

 Era una monada de vestido, tipo saco, de neopreno azul claro, que a pesar de marcar la talla 34, era más bien amplio.


Me gustó, así que me lo llevé para casa y me planté frente al espejo a combinarlo.


Curiosamente, como mejor quedaba era sin nada encima y con unos leggins debajo en negro, más la bufanda cayendo de un lado muy larga y enrollada en el otro alrededor del cuello.


Un broche grande y llamativo y voy sesentera del todo, me dije.

Pero ni las temperaturas están como para salir a cuerpo, ni yo me termino de encontrar apropiada con una indumentaria de ese estilo.


Así que me decidí por un estilo más serio y le coloqué sobre los hombros el abrigo gris perla.


No es que esté fantástica, pero tiene un juego de colores tan suave y tan, tan dulce que me parece la cuenta para este febrerillo el loco que tan pronto nos trae frío como calor.






Fotos: Julián Herrero

Vestido: H&M (Rebajas)
Abrigo: Stradivarius.(Rebajas)
Bufanda lana merina: Cortefiel.( vintage)
Botas: Zara (Tienen muchos años)
Bolso y guantes: Tienda local ( No recuerdo el nombre, porque tienen tiempo).


Tarde de lluvia leyendo el Telva de febrero

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Llueve prácticamente sin parar, con una lluvia menuda y silenciosa que parece meterse por los huesos y calarte hasta el alma.

La calle se llena con los paraguas de los viandantes a quienes no les queda otra alternativa que salir.

Y mi cámara, ante tanta complicación, se queda guardada en su funda a la espera de momentos mejores.

Encerrada en mi cuarto de estar , me pongo a leer el Telva de este mes.





Ya lo había ojeado y me había entusiasmado con las fotos de la nueva ropa con cuadros de vichí.

Pero hoy no tengo gana de hablar de moda.
Estoy un poco saturada y me siento avergonzada  de no saberme casi de memoria las nuevas colecciones. 

No me apetece pensar en el invierno que viene, cuando éste está todavía tan presente.


Y por eso me centro en las entrevistas y reportajes que incluye.


Me ha encantado conocer a Milena Busquets y leer lo que cuenta sobre la novela que ha escrito describiendo la relación con su madre Esther Tusquets.




Me he entusiasmado con el artículo de la arquitectura de lo necesario donde cuentan la historia de Diébédo Francis Keré un arquitecto nacido en una aldea de Burkina Faso, que logró estudiar en Berlín, y jamás olvidó sus orígenes, ni la deuda que tenía con las mujeres de su pueblo que le daban dinero cuando era niño.



Fundó la asociación ladrillos para la escuela de Gando y con lo que conseguía de sus dibujos y lo que logró recaudar pudo levantar una escuela en arcilla y adobe que consiguió el Premio Aga Khan de arquitectura en 2004. La mano de obra fue la de sus vecinos y desde entonces no para de trabajar para poder ampliar la biblioteca, el centro para mujeres…

La entrevista que le hacen, con ser muy corta merece la pena.



También merece la pena el reportaje de Chiara del Canto sobre la diseñadora Gabrielle Soyer que crea  para su empresa Lindell&Co almohadones bordados a mano y alfombras anudadas artesanalmente en India y Nepal.


Tras haber diseñado para Ralph Lauren, descubrió la artesanía de esos países y se decidió a lanzar su propia firma fusionando la inspiración y el minimalismo sueco con el cuidado y el mimo de los trabajos manuales.



Una mujer con una personalidad de lo más interesante y con una casa absolutamente personal.

Paseos por Milán de la mano de Uberta Zambeletti; entrevistas sobre la actualidad de la mano de Victoria Prego y Carlos Alsina; las últimas películas; los sitios de moda; la cocina detox; recetas de belleza...


Toda una tarde entretenida y feliz mientras fuera repiquetea la lluvia que se ha cansado de caer mansamente y golpea con fuerza aceras y cristales


Fotos: Telva, Marie Claire y http://www.kerearchitecture.com/about/

Olvidándonos del frío

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Martes de carnaval que en Oviedo no es fiesta.





Para evitar  que coincidan las celebraciones carnavalescas de Oviedo, Gijón y Avilés, en Oviedo la celebración se retrasa al fin de semana siguiente.



Posiblemente por eso, la calle está muy concurrida.


Bueno, por eso  y porque por fin la lluvia nos dio una tregua y dejó que el sol nos pusiera de buen humor.


Hace un frío tremendo, pero es como si  no se notara, porque todos nos lanzamos a salir como si nos hubieran tenido encerrados a la fuerza.


La mayoría no sabemos cómo vestirnos, porque entre el frío que pide capas y más capas y las ganas de primavera, nos hacemos un lío que no sabemos solucionar muy allá.


Parece que lo de ir de compras es una buena opción.


Más que nada porque las tiendas están calientes y animadas.


Yo desde luego soy de las que siempre que puedo atravieso cruzando el Corte Inglés desde Uría a la salida de Gil de Jaz.


Sentir el calorín suave, mezclado con los olores deliciosos de los stands de perfumería es como una inyección de vitalidad para mis músculos medio congelados.


Y si de paso veo algo mono y apetecible a buen precio…



Cada uno nos buscamos la vida como podemos, pero mejor si lo hacemos con estilo, como la gente de Oviedo ¿No os parece?


Fotos: Marquez@


Pinta de gánster

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 En el espejo de casa, me daba la sensación de que este vestido era mucho más largo, y de que tenía un cierto aire años veinte




Por eso pensé en crear para el blog una imagen de señora de esa época.



Me imaginaba una especie de reencarnación de las protagonistas de las ilustraciones de Penagos para el Blanco y Negro.



Estilizada, discreta, moderna…, pero actualizada.



Así que, manos a la obra,  me puse mi cazadora azul claro del año pasado y le añadí un pañuelo de seda.




Estupendo Curra: zapatos de tacón bajo, guantes un poco largos y el sombrero de ala corta que tienes en casa de Julián, así ni siquiera te hace falta peinarte, me dije.



Y con las mismas cogí mis bártulos y me fui camino de Gijón.




Hacía sol, la luz según el fotógrafo, era buena y habíamos encontrado un sitio tranquilo para hacer las fotos, o sea que hasta ahí todo perfecto.



Pero cuando veo las imágenes compruebo, horrorizada, que pese a que me gustan mucho, no se parecen nada a mi idea original.



 El sombrero está pasado y  mi vagancia a la hora de arreglarme me pasa factura.




Porque había dejado el pelo tal como secó después de la piscina y luego estuve con gorro todo el tiempo para librarme del frío, por eso,  cuatro escobas tiesas se escapan por debajo del sombrero.


Veo también que el vestido es tan ajustado que me marca todas las curvas. ( los años no perdonan ni siquiera a Cindy Crawford, como para perdonarme a mí)


La mochila que me compré en las rebajas, para poder tener las manos libres cuando voy a hacer fotos y que no apeo, parece que no casa con las medias finas, y los zapatos bajos




Me encuentro  una pinta extraña.



Una especie de “donna brava” al estilo de Sofía Loren en “Los Girasoles”  con una feminidad contundente. Y al mismo tiempo   un gánster vestido de mujer.


Tengo la sensación de que en cualquier momento voy a sacar la metralleta y empezar a disparar. 



Pero, tranquilidad que de momento, lo único que lanzo son historias y procuro que sean pacíficas.


Fotos: Julián Herrero.


Vestido: Zara (Rebajas)
Cazadora: Zara (Primavera 2014)
Zapatos: Zara (Verano 2014)
Pañuelo: Uterqüe ( tiene tiempo)
Mochila: Stradivarius (Rebajas)
Gafas: Zara (Rebajas)
Guantes piel: Primark (Invierno 2013)

La felicidad al alcance de la mano

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Parece que en esta sociedad en que vivimos ser feliz es una obligación que todos tenemos y que el que no la cumple, ni logra el ansiado bienestar es una especie de ciudadano de segunda.




Se nos dice que,  como no sabemos la forma de conseguirlo, si necesitamos ayuda podemos tirar de todo tipo de profesionales.


Entrenadores personales, coach, psicólogos de cabecera, personal shopper, asesores de imagen…
Publicaciones, libros de autoayuda, conferencias… también pueden ser otra fórmula.


Porque  el mensaje que llega es que si no somos felices, es porque no queremos.





Y tengo la sensación de que hay un gran mito y un montaje estupendo detrás de esa fórmula de la felicidad al alcance de tu mano.







Porque junto con la idea de cada uno puede gobernar su vida como quiere, también nos llegan mil fórmulas para alcanzar el triunfo y ser tan bueno como el mejor.

Desde la teoría de que el secreto está en desear lo que anhelas con todas tus fuerzas porque la atracción lo hará llegar hasta ti, hasta las teorías particulares de cada gurú.
Parece que lo que necesitamos es encontrar la clave que se adapte a nosotros mismos para que sea el talismán que nos lleve a ese estado idílico.




Y  yo creo que ese estado fantástico de felicidad no existe.

De un lado porque resulta infantil y contradictorio, querer ser feliz en medio de una sociedad en crisis.

No hablo tanto de la económica, que tiene lo suyo, como de que nuestro mundo occidental está un tanto perdido.

Nuestra cultura está desapareciendo, buena parte de los valores en que creíamos se están cuestionando y cada vez tenemos menos certezas en qué apoyarnos.

El individualismo es tan fuerte que terminamos por sentirnos solos y en la mayor parte de las ocasiones  no nos atrevemos a decir lo que pensamos, porque es políticamente incorrecto.




Y por otro porque la felicidad no es un estadio permanente. Es algo que tiene mucho que ver con la madurez,  la sensación del deber cumplido y con encontrar nuestra misión en la vida.





Los blogs de moda también son una especie de escaparate de la felicidad.  

Las grandes bloggers nos enseñan lo felices que son viajando y viviendo una vida de lujo, vestidas con la ropa y los complementos de los mejores diseñadores.

Pero nadie nos cuenta que trabajan muchísimas horas, que en la mayoría de los casos no pueden elegir la ropa que se ponen, ni siquiera el aspecto que quieren mostrar, porque se deben a las casas que hay detrás de ellas.

 Que viven cada día en un sitio y que seguramente cuando se despiertan en la habitación de un hotel de lujo desearían poder estar tranquilamente entre las sábanas de su cama sin necesidad de madrugar y poner su mejor cara en las fotos que le van a hacer.





Así que no me apunto a la receta de la felicidad, prefiero estar simplemente tranquila, disfrutar con lo que tengo y hasta donde pueda, echar un cable para conseguir que el mundo en que me muevo sea un poco mejor 



Fotos: Julián Herrero . https://www.flickr.com/photos/konieq

Abrigos para el frío de Nueva York. Por Sara Collage Vintage

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Esta semana más que recoger distintos blogs que nos mostrasen sus mejores imágenes, me he centrado en uno sólo.





El de Sara, Collage Vintage, que se ha ido a Nueva York a cubrir la Fashion Week.




Cada día nos iba mostrando cómo se habían ataviado las americanas para ir a los desfiles.



Las temperaturas no bajaban de los tres grados bajo cero con lo que el frío era espantoso, pero con todo cada una se esforzó por ir lo mejor que pudo.



http://www.collagevintage.com/2015/02/street-style-nyfw-i/


De entre toda su selección, me quedo con los abrigos amplios y envolventes. Me dan una sensación de calidez tremenda.



http://www.collagevintage.com/2015/02/street-style-nyfw-iv/

Y como aquí, sin llegar a esos extremos, pero también tenemos frío, me parecen la mar de a propósito.





Incluyo también dos imágenes de ella misma, que me gustaron mucho.



A ver si esta ola de frío nos deja respirar de una vez.






¡Feliz Domingo! 




















Mi amiga la más elegante

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No recuerdo si ya os hablé de mi amigo el gitano, porque llevo tantas entrada escritas que ya pierdo la cuenta de las cosas que conté y las que no.



Estoy segura de haberlo mencionado en algún comentario, pero creo que nunca llegué a dedicarle una historia y la verdad es que el pobre se la merece.


Sentado encima de un cajón o de una silla plegable que él mismo traía. En la esquina de la tintorería entre Cervantes y Matemático Pedrayes o justo en la acera de enfrente.
Prácticamente, todos los días me lo encontraba.


Nunca llegué a saber su nombre, aunque sí su apellido porque era  hermano de Manolo, el Gitano, que es todo un personaje local.


Pocas veces conocí un profesional de la mendicidad tan bueno como él.


Sabía perfectamente a quien se tenía que dirigir y conocía a su clientela a la perfección.


Casi siempre tenía a mano alguna dolencia de qué quejarse, pero no llegaba a adoptar ese tono lastimero y de pobrecito yo, tan común entre los que piden.


Él tenía su dignidad y más que ayuda, buscaba ganarse esa cantidad que le dábamos de una forma, que consideraba, adecuada.


Su cumpleaños era un día o dos cada semana. Y se dirigía a cuantos lo conocíamos con el apelativo de mi amigo, o mi amiga cuando éramos mujeres.


A mí, desde luego me tenía cogida la medida,
 Yo creo que me veía mirarme en los escaparates.
 De donde dedujo que era una presumida. Y decidió atacar por ese flanco.


-         Hola, mi amiga, buenos días.
-         Buenos días. ¿Cómo andamos hoy?
-         La espalda me duele bastante, pero lo soporto…


Bastaba que me pusiera a su lado para que se dedicara a pregonar a cuantos pasaban por allí, que  estaba con su amiga, la más elegante.  Y nunca le faltaba un piropo para decirme lo guapa que estaba.


Excuso decir, que, con esa táctica, me tenía más que conquistada. 
Y en lugar del euro que le hubiera podido dar, le daba dos para que fuera a tomar un café y entrara en calor.


Al final terminé por hacer verdad el sobrenombre de amiga que me ponía y lo buscaba en cuanto faltaba más de un día.
El año pasado, después del verano no volví a verlo y por una noticia que leí en el periódico, me temo que haya muerto.


Cuando me vi en estas fotos con el sombrero y el abrigo gris me acordé de él.

 Supongo que como a muchas de vosotras, no le gustarían nada los playeros con el resto de la indumentaria, pero, estoy segura de que no me diría nada.


Vaya desde aquí mi homenaje y mi agradecimiento a este primer seguidor que ni siquiera necesitó  ver el blog para saber de qué pie cojeo.



 Fotos: Julián Herrero.



Abrigo: Stradivarius ( Rebajas)
Sombrero: Uterqüe.( Tiene varios años)
Jersey, pantalón y bolso: Zara (También tienen años)
Foulard: First Outlet.
Deportivas: Décimas.
Collar: Dayaday

La primavera en el Norte

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Aunque en el Mediterráneo haga mucho calor y aunque en el Sur los termómetros se animen a subir, por el Norte seguimos inmersos en una mezcla de temporal y borrasca que nos hace soñar constantemente con la primavera.


Vamos contando los días y tachando en el calendario.


Vamos mirando el cielo cada tarde para comprobar que, efectivamente, los días y con ellos las horas de luz, crecen.


Vamos aprovechando cada rayo de sol, cada minuto de buena temperatura, cada momento de calma, para salir a la calle, para disfrutar de la vida y para pasear.


Y ya que en los parques apenas hay flores, las contemplamos en las macetas de las floristerías.


Jóvenes y mayores, con amigos o en familia, salir a la calle nos parece imprescindible.


A veces pagamos cara nuestra osadía, como esta tarde que me fui a dar una vuelta y casi salgo volando agarrada a mi paraguas.



Afortunadamente, amainó rápido y como iba más que bien pertrechada y con mis botas de las siete leguas, el viento no pudo conmigo.


Pero no pude sacar fotos nuevas. Las que enseño en esta entrada son de la semana pasada, el martes de carnaval.



A ver si hoy mejora y puedo volver a presumir de ciudad y de gentes. 




Fotos: Marquez@

El ayuno está de moda.

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La historia tiene mil vaivenes y todo cambia, pero todo acaba por volver.


 Después de años echando pestes contra la Cuaresma, explicando lo injustificado del sacrificio de dejar de comer y quejándonos por lo que se consideraba una imposición sin sentido

Va la moda y nos dice que lo estupendo, lo sano, lo moderno y desde luego lo mejor que poder hacer en esta época en que se acerca la primavera es ayunar.




Hombre, por aquello de que hay que renovarse, le han cambiado el nombre.
Ahora se habla de dietas detox, de limpieza del organismo, de curas de salud, de plan bikini…




Pero al final, resulta que siempre se hizo por esta época, es lo mejor que se puede hacer.





Está claro que las razones no son las mismas. 

Ayunaremos porque es sanísimo y porque todo son beneficios.
Nos vamos a poner más guapos, vamos a reforzar las defensas, nos vamos a sentir mejor, vamos a redescubrir las bondades de la fruta y las verduras

Y cuando llegue el buen tiempo nos va a encontrar en plena forma.





Pero al final, resulta que lo de limitar los excesos en materia gastronómica tenía y sigue teniendo sentido.


Ahora lo hacemos con una motivación diferente, o no, ahí cada uno obra según sus ideas y su conciencia.

Pero si a nuestros padres o nuestros abuelos les hubieran dicho que sus descendientes iban a ayunar encantados, hubieran abierto una boca tan grande como un buzón de correos 



Fotos: Internet .

Nota. Esta vez las fotos no son mías, las  descargué de Internet.  Si alguno de los propietarios considera que no deben aparecer en el blog y desea que las retire no tiene más que avisarme que lo haré encantada 

Pata de gallo al cuadrado

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Irónica, desafiante, atrevida, … como diciendo
¿ Y a ti  qué te parece?


Con años, con arrugas, rebelde.




Esta vez no coqueteo con la cámara, le lanzo un desafío.


A ver lo que haces. Mucho cuidado con pasarte.


Porque una ya no está para demasiados trotes y los flashes no sólo no atenúan los defectos sino que los agrandan.


Así que: Ojito.


Pero la postura farruca no me dura demasiado.


No me sale lo de ponerme chula.


Por más que intento poner gesto de mujer fatal, de sacar mi lado más serio y de esgrimir el hacha de guerra, no es lo mío.


Se me olvida, cambio el guión y saco ese aspecto de no haber roto un plato en mi vida.


Me miro los pies, pongo doble barbilla – de tanto insistir el profe de Pilates, tengo las cervicales estupendas, pero el cuello la mar de arrugado- y termino por encogerme de hombros.


Realmente no sé por qué me preocupo tanto, si al final Julián me tiene tomada la medida y siempre me saca bien.


O sea que me relajo y le dejo el protagonismo a la ropa, que es realmente lo interesante del blog.


Abrigo y pantalón con el mismo estampado en diversas versiones de pata de gallo.


Y complementos en azulón para crear un cierto contraste.




Fotos: Julián Herrero.


Abrigo y pantalón: Zara ( Rebajas)
Camiseta  y complementos: De mi armario ( tienen todos mucho tiempo)
Sortija con turquesa y pendientes: Pedro y Alejandra Álvarez. 

Moda, clones y apariencias

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Ayer leía en Trendencias un artículo de Nacho Sobrado  sobre los clones y los límites




Y también ayer, leía en Womenalia, otro artículo de Lourdes “Tu look habla”   en el que se quejaba de que nuestra ropa y nuestra forma de vestir no refleja lo que realmente somos y se dirige a crear una imagen falsa en los demás.



Los dos artículos me dieron qué pensar.



Es cierto que los diseñadores crean las cosas para su lucimiento y se supone que para las clientas de la casa que les paga - no creo que a los “grandes” les paguen mal precisamente -  Y que debe dar buena rabia que el modelo que te quedó tan ideal se vea copiado por una de las firmas “low cost” y lo lleve todo el mundo.


Pero la moda es precisamente eso, crear algo que guste tanto que todos lo quieran llevar y el hecho de copiarlo no es más que un reconocimiento a tu acierto y tu buen gusto a la hora de diseñar.

Si las casas para las que trabajan esos diseñadores – en este caso son Chloé y Valentino – quisieran que sus modelos sólo los llevaran el exquisito grupo de sus clientas, en lugar de acudir a las grandes pasarelas y de hacer las mejores campañas, se limitarían a vender en sus tiendas super exclusivas y pare usted de contar.



Pero las sandalias se convierten en objeto de deseo del gran público y más de una “fashionista” pagará los 995€ que pide la casa para tener las originales, porque por bien imitadas que estén las de Zara, nunca es lo mismo y sobre todo no aportan ese glamour y ese prestigio que da el poder acceder a una marca conocida.




Nuestras abuelas y nuestras madres ya acudían, figurín en mano, a su modista favorita para que les copiara y fusilara el modelo que había sacado Balenciaga, Dior o Chanel.

La diferencia entre entonces y ahora  es que al haber crecido la industria la copia no es artesanal, sino en serie.

Y si nadie copiara, dejaría de ser moda, para convertirse en algo diferente.




Y al hilo de esto y en relación a lo que dice Lourdes, de que nos vestimos para representar algo que no somos.

Yo creo que cada persona es un mundo y, hablo por mí, cuando llevo un clon, no pretendo parecer una millonaria que se gasta un 150% del salario mínimo interprofesional en unas sandalias. Me compro y me pongo la ropa que me gusta y pago por ella el precio que me parece lógico y que entra dentro de mi presupuesto.

No me visto para aparentar, sino para sentirme guapa, para cambiar de apariencia y para estar acorde con el sitio donde voy, con la función que represento  y con las personas con las que voy a estar.




El arreglarme me parece una forma de respetar a los que tengo al lado, de decirles que para mí son importantes y que lo que voy a hacer  es serio y voy a poner todo el interés.


Sigo siendo yo, aunque no lleve mi bata  blanca de falso terciopelo que es posiblemente el atuendo con el que me siento más cómoda y con el que sólo represento mi propio papel



Fotos: Webb, Vogue, Zara y Julián Herrero

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